ESCRIBIR Y PUBLICAR UNA NOVELA, parte I

Escribir y publicar una novela

Este es el primer artículo de una serie en la que charlaré sobre cómo escribir y publicar una novela. Si estás leyendo esto es que te interesa el tema, espero que te ayuden mis consejos para escribir y te diviertas conociendo mi experiencia.

Un día mis amigos y mi familia se enteraron de que había escrito varias novelas. Supieron que unas semanas después de soltar la bomba habría una presentación pública en una gran sala de mi ciudad: los sótanos de la Casa de las Conchas, un edificio histórico de Salamanca reconvertido en una de las bibliotecas públicas más bonitas que yo haya conocido jamás.

Mis amigos y familiares literalmente alucinaron. Porque nadie hasta dos semanas antes de esa presentación sabía de mi faceta de escritora.

A decir verdad, un año antes de ese día ni tan siquiera yo lo sabía.

¿Cómo empezaste a escribir?

Esta es una de las preguntas que más veces he tenido que responder desde que todo esto empezó. Me la han formulado tanto personas queridas como periodistas. Y es que sí, es un poco curioso como mínimo, eso de que una mujer que jamás antes había manifestado su deseo de escribir y publicar una novela, de golpe anunciara lo que anunció…

Hay escritores que lo han sido desde que aprendieron a juntar letras. No fue mi caso, o no exactamente. Porque a mí me volvía loca imaginar historias y contarlas a mis amigos (recuerdo apagar la luz de mi habitación, encender una pequeña linterna apuntado a un rincón y con poco más de seis años contarles a mi pequeño público (pequeño en edad, pequeño en número) terroríficas historias y aventuras imposibles), las contaba, como digo, pero no las escribía.

La adolescencia trajo consigo largos, larguísimos e interminables veranos en los que las horas volaban con novelas entre las manos. Pasé de crear historietas a vivirlas mientras las leía. Las vivía en la piscina, en el patio de mi casa, en el coche de mis padres, de camino a comprar el pan, esperando en la pescadería, en la bañera…

Y un día algo cambió. Quizá fueron unos pocos libros que cayeron en mis manos. Libros fáciles, novelas que dejaron un gusto dulce en mi mente, una sonrisa dentro de mi pecho. Y me dije… Creo que yo podría contar historias así. Sabía que podía hacerlo, que tenía que hacerlo.

Estaba en París cuando la vida de Julia explotó en mi cabeza. Mientras paseaba por el Marais y por l’île Saint Louis, Julia crecía y crecía. Y se hacía tan sólida que casi podía sentir el aroma de su melena, escuchaba su voz titubeante… El mismo día que regresé a mi casa coloqué el portátil sobre mis piernas y empezó todo. Mis dedos corrían sobre el teclado. Era como si algo los guiara frase tras frase, capítulo tras capítulo.

Empecé escribiendo sin saber cómo hacerlo. Y disfruté tanto que lloré y lloré y lloré de emoción. Acaba de cambiar mi mundo. Había descubierto que escribir podía definir quién era yo. Al menos una parte de lo que soy.

¿Quieres saber cómo se escribe una novela?

Se escribe cuando es inevitable hacerlo. Cuando si no la viertes dentro de unas páginas en blanco sientes que algo muere dentro de ti. Así se escribe una novela.

Para mí escribir es un acto emocional. Escribo porque me expando en el aire y en el tiempo, porque es como respirar.

Pero sí, también tiene su técnica. La mía va cambiando con cada novela. Aunque si tuviera que resumir cómo escribo una novela podría hacerlo así…

1º Una idea me sacude. Siento algo muy intenso, una emoción incomparable a nada que pueda haber vivido. Es la certeza de que hay unos personajes, un escenario, una historia que contar. Algunos lo llaman inspiración. Yo solo sé que una idea se fija como un bicho inmortal dentro de mis entrañas. Se agarra y se hace cada día más fuerte, más tangible.

2º Empiezo a trabajar en la idea como si fuera una bola de nieve: comienzo con una sola idea que después va creciendo y creciendo y creciendo.

Un ejemplo: mi tercera novela, El nombre propio de la felicidad, surgió (también en París…) cuando miré a una cámara del metro y sonreí pensando ¿quién estará al otro lado? Y vi (literalmente lo vi en mi imaginación) a Nicolas Cambril, Nico para los amigos, un escritor venido a menos que tiene que ganarse el pan trabajando en la seguridad del metro de París. Un día ve a una mujer a través de las cámaras, ésta sonríe y… Ahí comienza la pequeña bola de nieve. Tras esa idea inicial van aterrizando personajes, escenas, escenarios, tiempos pasados, música, colores, aromas… Un pequeño universo maravilloso que habita en cuatrocientas páginas.

3º Comienza la redacción. Normalmente tengo muy claro cómo serán los capítulos, todo lo que ocurrirá en cada uno de ellos. Aunque siempre, sin excepción, voy descubriendo detalles (más o menos importantes para la historia) con los que nunca conté. Esa parte es magia pura…

4º Correcciones y más correcciones. Mientras escribo releo y corrijo cada día. Y cuando termino la novela, la leo varias veces más corrigiéndola por el camino. Corrijo faltas de ortografía, mejoro la sintaxis, mejoro el estilo de la redacción. Es un arduo trabajo, pero necesario absolutamente. Pocas veces cambio lo esencial de la historia.

5º ¿La he terminado o la doy por terminada? ¿Cuándo parar de corregir, de recortar, de añadir mejoras…? Esta es quizá la parte más complicada porque creo que si algo en común tenemos todos los escritores es la certeza de que siempre podríamos haberlo hecho mejor. Creo que debemos guiarnos por nuestro autocontrol y parar en un momento de sensatez.

Un consejo extra: tras terminar una novela me gusta dejarla reposar un tiempo (a veces un mes, otras veces un año o más) y reencontrarme con ella después. Lo que leerás en ese momento puede ser muy diferente a lo que recordabas. En esta temporada de mi vida estoy releyendo una novela que escribí hace varios años. Tenía la idea de que era lenta, rebuscada y más aburrida de lo que me gustaría. Y sin embargo… estoy gozando cada página que visito.

En el próximo artículo de esta serie (Cómo escribir y publicar una novela) charlaré sobre qué hacer cuando ya tienes tu novela terminada: ¿Publicar, no publicar, buscar un agente literario, autopublicar, liberarla gratis…etc?

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